El Tax Planning o Planificación Fiscal es la planificación realizada a efectos de obtener, dentro de los límites legales, el ahorro de recursos económicos producto de una disminución en las cargas fiscales que deben soportar los contribuyentes.
La finalidad de la planificación fiscal es incrementar el patrimonio del contribuyente generador de la renta.
No hay que confundir planificación fiscal con evasión fiscal, porque la primera persigue el ahorro impositivo adoptando la mejor organización fiscal dentro de lo establecido por la normativa vigente y la segunda es directamente el no pago de los impuestos a través de medios ilegítimos.
Es importante considerar que la planificación fiscal es un proceso preventivo, nunca correctivo.
Por planeación fiscal debemos entender toda aquella aplicación de estrategias que mediante el uso o interpretación de las leyes permiten reducir, eliminar o diferir la carga tributaria del contribuyente, apegándose siempre a lo permitido por las leyes, contando con el soporte documental que demuestre su licitud, procurando el menor riesgo.
La planeación en si misma no implica un riesgo, sino por el contrario, lo evita, da seguridad fijando el rumbo con certidumbre.
En días donde la presión fiscal alcanza ratios históricos la planeación fiscal adquiere una importancia significativa como herramienta capaz de producir verdaderas ventajas competitivas respecto de competidores que no realicen ninguna estrategia fiscal.
La planificación fiscal se puede realizar en cualquier tipo de contribuyentes, desde grandes holdings hasta pequeños contribuyentes.
¿Cuáles serían los pasos para realizar la planificación fiscal?
Conocer a la empresa.
Para realizar una planificación fiscal se debe tener un conocimiento detallado de la actividad que desarrolla la empresa, en donde la desarrolla, cuales son sus planes futuros, que objetivos de expansión tiene. Para esto es indispensable la participación activa de quienes tienen a cabo el mando y la dirección de la empresa.
a) Estudio de la empresa
En esta fase de trata de obtener toda la información que se estima pudiera aprovecharse en la estrategia fiscal.
b) Evaluación de la situación actual y futura
Se establecerá en base al estudio realizado la situación actual de la empresa y los posibles cambios con sus consecuencias positivas y negativas, analizando exhaustivamente los riesgos potenciales e inherentes a las estrategias a emplear a efectos de que el contribuyente tenga toda la información imprescindible para tomar la decisión (la decisión siempre es del cliente).
c) Alternativas
Se plantean las distintas alternativas a la dirección de la empresa para que la misma en base a los riesgos y beneficios adopte la que más le satisface a su concepto de evolución futura de la empresa.
Probablemente se deba tener en cuenta situaciones geográficas, ordenamiento jurídico, costos administrativos, evolución de la carga fiscal. Obviamente este último deberá superior a los anteriores sino no amerita realizar cambio alguno.
Dentro de las alternativas deberán evaluarse, y a modo de ejemplo:
– Imaginarse el lugar ideal en que la empresa debe instalarse: para ello se deberán analizar los distintos regímenes promocionales vigentes tanto referidos a una ubicación geográfica (ejemplo: regímenes de promoción industrial, parques fiscales) como así también beneficios en función de determinadas actividades (ejemplo: sectores geográficos de Capital Federal en donde se eximen de impuestos municipales determinadas actividades como puede ser la industria del software).
– Según la actividad desarrollada implantar algún tipo de comercialización que permita diferir el ingreso de los impuestos (devengado exigible, venta y reemplazo, etc).
– Sugerir inversiones de capital financiero a sectores que tengan algún tipo de beneficio fiscal (ejemplo: diferimiento de impuestos).
– Establecer métodos más favorables para la amortización de activos fijos e intangibles.
– Elegir el tipo societario más adecuado o beneficioso (como en algún momento fueron las SRL en el país o como actualmente lo es esa figura societaria para las sociedades dependientes de sociedades de EEUU)
– Usufructuar beneficios de cargas sociales (ley de promoción del empleo, imputación de parte de las contribuciones patronales como pago a cuenta del impuesto al valor agregado, etc)
– Separación de inmuebles y explotación: El mantener el inmueble en cabeza de la persona física permite no exponer la propiedad a los riesgos del negocio y fundamentalmente reducir la carga tributaria en el momento de la venta del bien, ya que ésta estará gravada con el impuesto a la transferencia de inmuebles y no con el impuesto a las ganancias en el caso de que la titularidad pertenezca a la sociedad.
d) Implementación
Momento de llevar a cabo las acciones analizadas y en donde no puede fallarse y que ello signifique que el cliente asuma riesgos innecesarios.
e) Control Permanente
Es necesario, con posterioridad a la implementación de las acciones, llevar a cabo un control permanente de la situación, fundamentalmente por lo cambiante, y complejas, de las disposiciones fiscales.
Fuente: Contadores en Interacción